De los 18 meses que quedan de ese mandato original, Noboa ha completado los primeros 6, y el 24 de mayo pasado acudió a la Asamblea Nacional a cumplir con la obligación constitucional de presentar el Informe a la Nación.
Fue la exposición más corta que se recuerde: 28 minutos en total, de los cuales la mitad el presidente los destinó para su intervención y el resto para difundir 4 videos con los logros atribuidos a su gestión en materia de seguridad, obra pública, economía e inversión social. La calidad de este formato ha dividido las opiniones, entre quienes consideran que Noboa rompió esquemas, fue disruptivo y empleó herramientas para hablar a los jóvenes, versus aquellos que no encontraron condumio en su exposición.
Esta segunda visión se sustenta en que el presidente no hizo anuncios relevantes, no presentó datos duros sobre su gestión y los pocos que mencionó fueron aislados y sin el soporte correspondiente, ni tampoco habló del derrotero que seguirá su gobierno en los 12 meses que le quedan.
De hecho, del Informe a la Nación no quedó claridad sobre los términos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la política económica respecto de la inminente focalización de subsidios, la utilización de los recursos derivados del aumento del IVA para la ofrecida inversión en seguridad, entre otros aspectos.
Obviamente, tampoco se refirió a controversias recientes, como las insalvables diferencias con la vicepresidenta Verónica Abad o la fallida intención de construir un proyecto urbanístico en la Comuna de Olón, provincia de Santa Elena, a través de una empresa en la que su esposa, Lavinia Valbonesi, es la accionista mayoritaria.
Eso sí, aquel Daniel Noboa que se posesionó 6 meses atrás, el 23 de noviembre de 2023, que estuvo lejos de la confrontación bajo el argumento de que “el anti tiene techo y el pro es infinito”, fue reemplazado por otra versión del presidente identificando y cuestionando a sus detractores políticos, poniendo énfasis en el correísmo, a cuyos miembros les lanzó indirectas relacionadas con su decisión de pasar a la oposición solo después de la captura de exvicepresidente Jorge Glas tras irrumpir abruptamente en la Embajada de México en Quito, cuando inicialmente habían contribuido con sus votos a la aprobación de 4 de las 5 leyes económicas enviadas por el Ejecutivo.
De aquí surge la gran pregunta: Sin el correísmo, confrontando con Construye (que lo ha acusado de impulsar el movimiento del Registro de Organizaciones políticas) más la ambigua posición de los socialcristianos, ¿Qué margen de negociación política le quedará al presidente para lo que se viene?.
Una muestra de esa interrogante parte de la reciente decisión adoptada por la Asamblea Nacional de enmendar la Constitución para bajar de 92 a 70 votos el número que requiere la Asamblea para rechazar un veto presidencial y ratificar los textos originalmente aprobados por los asambleístas; hubo 94 votos a favor de este cambio normativo, al que solo el oficialismo se opuso.
Además, se viene el arranque del período preelectoral, de cara a los comicios presidenciales y legislativos del 9 de febrero de 2025, en los que Noboa buscará la reelección. Con estos claroscuros, Daniel Noboa se encamina a la siguiente etapa de su mandato.