Benjamín Netanyahu y su responsabilidad ante la Corte Penal Internacional:
Solo 3 días habían pasado desde el comunicado emitido por el Fiscal General de la Corte Penal Internacional, el inglés Karim Khan, en donde estallaba internacionalmente una primera noticia que inicialmente versaba sobre su petición que ordenaba al Estado de Israel a detener de inmediato toda ofensiva militar en Rafah, el último resquicio dentro de la franja de Gaza que aún no controla en su totalidad el ejército hebreo, hasta que ocurrió -a sorpresa de nadie- una nueva evitable atrocidad.
Civiles, así expresamente lo reconoció el propio ejército, más de medio centenar de mujeres, hombres y niños murieron estando en la “zona segura” decretada así por parte del propio ejército israelí, el mismo que obligó a más de 1 millón de personas a evacuar y asentarse en esta precisa locación.
El repudio mundial vino principalmente de parte de la sociedad civil ya que finalmente, si bien algunas potencias europeas, como Francia, España, Alemania o el propio jefe de la diplomacia europea lo repudiaron y condenaron, no fue así en el caso de la potencia hegemónica y principal socio del Estado Israelí, los Estados Unidos de Norteamérica, país en donde les comparto mi asqueo al constatar los malabares y enredos lingüísticos en los que se sometieron gran parte de sus representantes (con honrosas excepciones) para seguir defendiendo lo indefendible, y hasta lo entiendo sin compartir, porque este país se encuentra convulso por su campaña electoral.
Impera previo a llegar a la siguiente conclusión el recordar que todo sondeo serio en Israel señala que la mayoría de su población quiere y busca un cambio de gobierno-.
Ningún humanista puede dudar que la cúpula de Hamas constituye en sí misma una definición de libro de criminales de guerra: ¿Qué ser humano puede dudar sobre la naturaleza criminal de los ataques del 07 de octubre de 2023?, ¿Quién puede no señalarlos por lo que son, criminales que propiciaron un acto ruin e inhumano, que merecen nada menos que todo el repudio y castigo de parte de la comunidad internacional?
Por esto, con el mismo racero, bajo esta misma concepción y prisma humanista que nos debe unir a todos como seres humanos me pregunto: ¿Qué otra prueba requerimos como Humanidad sea considerada para denunciar que la muerte de más de 40.000 seres humanos y contando, en menos de 7 meses a manos de un ejército que sigue las órdenes de líderes que han jurado exterminar a toda amenaza a su seguridad como lo que es, un nuevo atroz crimen de guerra, con el agravante para mí, que está siendo perpetuado por la cúpula de una gobierno que mal representa en este momento, a una sociedad que logró obtener su anhelado Estado independiente, al librarse de lo mismo que juraron en su nacimiento como Estado jamás permitir o repetir, una limpieza étnica?