Durante los racionamientos eléctricos que iniciaron en septiembre de 2024 se prevé cada día un déficit energético de hasta los 27 GWh, es decir, un 30% de consumo diario de energía en todo el país, que significa la producción a plena capacidad de generación termoeléctrica de 1.125 MW a régimen constante. Debido al estiaje hidrológico 2024 las reservas hidroenergéticas de 410 millones de metros cúbicos del embalse Mazar fueron consumidas antes de la programación anual habitual, dejando con las cotas mínimas no operativas a las casas de máquinas Mazar (170 MW), Molino (1000 MW) y Sopladora (487 MW).
Proyecciones energéticas: El gráfico 1 muestra datos históricos y proyecciones (lineal y exponencial) de la demanda de energía eléctrica bruta a nivel de generación, por lo que es necesario considerar que en 10 años el Ecuador requerirá mínimamente 8.321 GWh adicionales de consumo anual (23% más de lo consumido en 2024). Sin embargo, si se ejecuta e incorpora proyectos de generación emergente y firme que garanticen la estabilidad del SIN (sin racionamientos), la demanda aumentará por el incremento natural de las actividades comerciales – industriales y el crecimiento demográfico siendo la curva exponencial que muestra un requerimiento adicional anual de 11.859 GWh para el año 2033.
Para cualquiera de las dos consideraciones (lineal o exponencial) se determina que la potencia de generación eléctrica continua anual (con un factor de planta del 70%) para cubrir un requerimiento mínimo asciende a 1.357 MW, pero en condiciones normales de crecimiento económico la potencia de servicio nueva sería de 1.934 MW.
Estos valores base, asumiendo que el actual déficit (1.240 MW, según CENACE a agosto de 2024) será cubierto con generación emergente (motores a diésel y barcazas). Como comparación se puede estimar que solo para compensar el actual déficit se requiere otra central Molino y Sopladora y que adicionalmente para el crecimiento de la demanda en 10 años mínimamente se necesita otro Coca Codo Sinclair.
Por lo tanto, se verifica que el Ecuador posee un enorme retraso en abastecimiento de energía firme y que, a pesar de que se hubiese construido la cuarta etapa del complejo Paute integral (Cardenillo de 600 MW), esta central tampoco generaría energía eléctrica en la época de estiaje hidrológico, por lo que se retornaría al problema inicial.
Aquí se presenta la oportunidad para el proyecto hidroeléctrico Santiago, con una primera etapa de potencia instalada de 2.400 MW y una segunda etapa de 800 MW, capaz de generar 14.716,8 GWh al año más otros 4.905,6 GWh al año de la segunda etapa, lo cual cubriría el actual déficit más el crecimiento proyectado.
El colosal tamaño del proyecto Santiago es de similares características al de la central eléctrica Hidrotuango, en Colombia, que tardó 10 años en la construcción, mismo tiempo al que está proyectado el incremento de la demanda; es decir que, al momento que se concluya la obra, apenas habrá servido para cubrir la demanda proyectada. Caso parecido ocurrió con Coca Codo Sinclair, que al ingreso en operaciones
comerciales en el año 2016 pudo brindar autonomía energética al Ecuador hasta el año 2021 en que comenzaron nuevamente las importaciones de energía de Colombia por un valor de 281 millones de dólares solo en el año 2023.
Entonces la solución permanente y definitiva a los racionamientos de energía de los próximos años es el inicio paralelo de la construcción de nuevas centrales de generación de energía firme que no dependan de eventos meteorológicos y garanticen una permanencia de producción las 24 horas del día y los 365 días al año. Las dos fuentes de generación térmica permanente son la energía nuclear y las centrales térmicas de vapor con uso carbón.
Estas fuentes son más económicas que el empleo de combustibles hidrocarburos que tiene que pasar por un proceso petroquímico de refinamiento lo que eleva el costo de producción energía eléctrica.
Estas fuentes son más económicas que el empleo de combustibles hidrocarburos que tiene que pasar por un proceso petroquímico de refinamiento lo que eleva el costo de producción energía eléctrica.
El Ecuador enfrenta un duro desafío al tener que cambiar la concepción de los componentes de la matriz energética, en el que tendrá que incorporar estos nuevos conceptos de fuentes energéticas que aseguren la estabilidad eléctrica del SNI y con el cumplimiento de esta condición, paralelamente se incorporen otro tipo de cargas eléctricas como son los vehículos eléctricos, cargas singulares de la nueva industria minera y nuevos campos de producción petrolera que deberá utilizar la energía eléctrica del SNI, en lugar del autoconsumo de petróleo para la generación de energía.