Para noviembre de 2023 la inflación anual se situaba en 3,64% respecto del mismo mes en 2002 (respecto al año base 2014) y un riesgo país, en tanto que el riesgo país en 2000 puntos.
Para mayo, 2024 cierra en el orden del ~3% comparado con mayo 2023 y un riesgo país 1300. Ambas son noticias alentadoras porque el mercado internacional ve en el corto plazo un escenario de desaparición gradual de las presiones sobre los costos y efectos de la política monetaria del Banco Central del Ecuador en lo que a inflación se refiere y fortalecimiento de la demanda externa.
Los retos se mantienen en cuanto a crecimiento económico, débil para 2024 y en el corto plazo debido a las condiciones de financiamiento y nivel de confianza.
En pocos meses Ecuador verá reflejado los primeros resultados de demanda externa, producto del tratado de libre comercio con China vs. el incremento exponencial de importaciones, cuyo saldo comercial ha sido tradicionalmente deficitario.
El Gobierno ecuatoriano, sin embargo, ha demostrado en la praxis el compromiso con sus acreedores de deuda externa e inversionistas internacionales de honrar sus obligaciones financieras y un bajo riesgo de caer en default.
La firma del último acuerdo con el FMI está orientada en ese sentido, con una política fiscal restrictiva orientada a encerar el déficit fiscal, o al menos a reducirlo con alto compromiso. Esto a pesar del alto grado de volatilidad del riesgo país en sus primeros 6 meses de gestión, y a menos de 1 año de culminar.
Estos resultados macroeconómicos sin duda dan tranquilidad al mercado financiero internacional y nacional, debido al compromiso del Gobierno de Daniel Noboa de honrar su palabra en cuanto a deuda externa se refiere, esto al menos hasta mediados de 2025, fecha en la que habrá nuevo gobierno y una posible reelección, con resultados efectivos en este sentido en cuanto a su reforma tributaria ya vigente.