Dos figuras clave de la política internacional: Mariano Rajoy, ex presidente de España, y Álvaro Uribe, ex mandatario de Colombia, recordados por sus gestiones en la seguridad y la economía de sus respectivos países, expusieron lo que consideran sus legados y que contrastan con la compleja crisis multidimensional que enfrenta Ecuador.
1. Decisiones difíciles, pero necesarias
Rajoy asumió el liderazgo de España en medio de la crisis económica devastadora de 2008. Su gobierno implementó reformas profundamente impopulares, como ajustes fiscales y medidas de austeridad, que estabilizaron las finanzas públicas y devolvieron la confianza de los mercados. En Ecuador, donde la economía enfrenta déficits recurrentes, falta de inversión y deuda en aumento, surge la pregunta: ¿Los gobernantes están dispuestos a asumir el costo político de reformas estructurales para garantizar sostenibilidad a largo plazo?
2. Seguridad como prioridad innegociable
Álvaro Uribe gobernó en una Colombia al borde del colapso por el conflicto armado hasta un referente en términos de seguridad. Su política de «Seguridad Democrática» debilitó a grupos armados y devolvió la movilidad y el control estatal a vastas zonas del país. Ecuador, actualmente en una crisis de violencia ligada al narcotráfico, deberá evaluar la priorización del fortalecimiento institucional y las estrategias contra el crimen organizado.
3. Confianza como eje del liderazgo
Ambos líderes tuvieron -y tienen- detractores, pero en su momento coincidieron en construir confianza a través de mensajes claros y una visión de país. En Ecuador, donde la polarización y la falta de consenso son desafíos constantes, los liderazgos políticos deben repensar cómo generar credibilidad y cohesión.
4. Resiliencia y adaptabilidad
Tanto Rajoy como Uribe enfrentaron contextos de alta complejidad política y económica. En el caso de Ecuador, una crisis no solo es un problema que resolver, sino una oportunidad para rediseñar estrategias y construir un futuro más estable y justo.