En esta oportunidad medimos la «crisis» en la plataforma X sobre la presencia del primer mandatario en la final del partido de la Liga. Un tema que en varias reuniones mantenidas con nuestros clientes les pareció interesante, pero que decidimos ver si realmente importó tanto a la opinión nacional. Para este ejercicio comparamos en la parte superior la polaridad y audiencia en el público dentro de Quito y dentro de la plataforma X. Y en la parte inferior todas las redes (X, FB, Instagram, Youtube, y web) a nivel nacional. Este documento nos permite medir, que pese a que ciertos temas tengan mucho peso en todo el círculo que nos rodea, los medios y periodistas que seguimos, cuando los extrapolamos a una realidad nacional, no son ni de cerca relevantes, por lo que siempre es importante medirlos para asegurarnos que lo que consideramos una visión cercana a la realidad nacional, muchas veces solo representa una fotografía de nuestra burbuja.
Luz verde para Andrés Manuel López Obrador. En México, AMLO supo edificar por fuera de las estructuras clásicas políticas una Presidencia de híper contraste con sus rivales apostando a la división de la oposición y a la edificación de herramientas contundentes desde su narrativa, que luego también tuvieron verificación en los hechos. Lo de AMLO en México ha resultado una gran gesta que sin embargo estuvo signada, durante mucho tiempo, por resultados electorales esquivos. López Obrador es un dirigente que pasó de ser considerado un peligro para su país a convertirse en un líder que aportó un interesante cúmulo de soluciones para los mexicanos. Todo en apenas un puñado de años.
Tanto ha crecido su figura en materia de representatividad política que ahora se encuentra ante la enorme oportunidad de construir un triunfo personal que marcaría un antes y un después para México: la candidata a sucederlo, Claudia Sheinbaum, podría transformarse -hoy casi todos los sondeos así lo indican-, en la primera presidenta mexicana de la historia. Un logro que podría constituirse como un legado único.
La luz amarilla es para Javier Milei, el outsider argentino que sin estructura ni financiamiento propio llegó a ser presidente. Para muchos, su triunfo se constituyó como una de las grandes sorpresas de la historia política moderna de Latinoamérica. En la política no hay sorpresas, sino más bien sorprendidos. Por donde se lo mire, el éxito de Milei se fue consolidando a través de sus aciertos de campaña, que fueron varios, pero también a base de una gestión presidencial sumamente deficiente como la del saliente Alberto Fernández, que poco a poco obturó con su impericia todo tipo de chances para cualquier candidato cercano al peronismo.
La candidatura de Milei navegó por distintos tipos de mares, incurrió en algunos errores no forzados y soportó golpes duros, pero finalmente logró alcanzar consensos clave como el apoyo del ex Presidente Mauricio Macri para alcanzar una resonante victoria en segunda vuelta. Ahora comenzó a escribirse otra historia. Porque una cosa es ganar una elección y otra muy diferente es gobernar bien. El inicio de su gestión ha resultado disruptivo y ha evidenciado dificultades para conformar el gobierno, para seleccionar funcionarios y hasta para construir alianzas políticas que le permitan, a nivel parlamentario, darle otro matiz de legitimidad a su figura.
En lo que refiera al apoyo popular, Milei aún atraviesa una especie de primavera derivada de sus primeros días al frente del gobierno. Sin embargo, de acuerdo con distintos sondeos su capital parece empezar a menguar de la mano de decisiones que afectan la economía de una buena parte de los argentinos. Mientras su aprobación se ubique por encima de los 50 puntos, el arco político se mantendrá expectante y funcional. Por el contrario, si las señales no resultan positivas y el descontento social continúa en alza, la misma política podría ordenarse para luchar contra Milei e incluso para derribarlo. Por eso, hoy por hoy, el objetivo del libertario debe ser el de sostener sus niveles de aprobación. No es tarea fácil.
Luz roja para la dirigencia chilena. Durante años, ese país se erigió a escala regional como ejemplo de civismo y alternancia. Sin embargo, allí también parecen haber impactado los efectos de la pandemia y del hartazgo de la sociedad con la dirigencia. Una de las primeras señales de ese cansancio se reflejó a través del convulsionado final del gobierno de Sebastián Piñera, evidenciado con un estallido social sin precedentes. Recientemente los chilenos rechazaron, referéndum mediante, un cambio de su Constitución Nacional. Se trata del segundo intento –y del segundo rechazo- en un lapso reducido. En esta nueva oportunidad, el resultado representó una derrota para la extrema derecha que comandó esta segunda propuesta. Pero la izquierda del Presidente Gabriel Boric tampoco goza de buena salud. El gobierno de Boric se encuentra en uno de sus peores momentos, sus niveles de aprobación son sumamente bajos. En lo que refiere estrictamente a este nuevo rechazo de modificación de la carta magna chilena, la izquierda también ve truncado un histórico deseo. Lo cierto es que el proyecto impulsado por el ex candidato a Presidente, José Kast, reflejaba un marcado perfil conservador, una herramienta más cercana a los intereses de grupos concentrados que a las reales necesidades del pueblo chileno. El pueblo dijo no en lo que podría calificarse, en primer lugar, como un voto en defensa propia, pero también como un claro rechazo a toda la clase dirigente chilena, señalada por sus diferentes privilegios. El semáforo latinoamericano puede ser el reflejo de tiempos turbulentos para algunos políticos o, por el contrario, la llegada de grandes oportunidades para otros.
Hace tiempo que la política cambió, al igual que la forma de ejercer liderazgos. Los dirigentes que no lo entiendan sufrirán, más en el corto que en el largo plazo, la desdicha de ya no ser.
Es común a fines de año hacer proyecciones, estudio de tendencias y hasta predicciones para la nueva vuelta al sol. Desde Péndulo hemos recogido información de fuentes sólidas que presentan el panorama de lo que vendrá a la hora de tomar decisiones.
Ipsos plantea en su publicación digital Global Predictions 2024 realizada en 34 países, que 70% de los consultados cree que fue un mal año para su país, mientras que 53% cree que lo fue de modo personal y para sus familias, pero también ese 70% piensa que 2024 será mejor que el año que acaba de terminar.
Esto significa un repunte de 5 puntos sobre el mínimo histórico en el que cayó el optimismo en el 2022 año de transición entre la pandemia y un retorno a la «normalidad» donde el optimismo fue del 65%. Otro factor que incide en el optimismo es la Inteligencia Artificial. Su llegada sigue causando temores sobre el campo laboral y se suman las percepciones que ven que se perderán más puestos de trabajo que los que se crearán. Además, luego del repunte obligado que tuvo el teletrabajo a raíz de la pandemia, 59% piensa que estará más tiempo trabajando en la oficina que en casa.
De su parte, Americas Market Intelligence (AMI) realizó un webinar para generar data del pronóstico 2024 para América Latina y determinó cinco tendencias de largo plazo que impactarán en la región por el resto de la década: la inteligencia artificial, la economía Gig, el cambio climático, la regulación a empresas disruptivas y el nearshoring. Entender estas tendencias en el mediano plazo nos permitirá estructurar de manera adecuada proyectos exitosos.
Por otro lado, a favor de ser positivos, está el crecimiento de 4 puntos porcentuales en la expectativa de fortalecimiento de la economía mundial que este año es el 50% en comparación con el 46% de hace dos años.
En cuanto al tamaño de las economías, Brasil es líder indiscutible con un PIB de 1.924 millones de dólares, seguido por México con 1.141 millones de dólares. En ese escenario, se prevé que Centroamérica y México crezcan 2,7% y América del Sur, 1,4% del PIB. En el mejor crecimiento por supuesto hay el impacto del nearshoring al cual Ecuador deberá analizar cómo atraerlo y que, en el caso de México, la fórmula han sido incentivos fiscales que aprovechan la cercanía geográfica a Estados Unidos.
Les vamos a contar brevemente cómo comenzó este camino que nos llevó a crear Péndulo y dar una charla en la Cumbre Mundial de Política COMPOL en Cancún en
diciembre del 2023.
Péndulo lo conformamos Pablo Morales y yo Julio Villalba. Pablo es político y abogado de cuna, creció entre campañas, arengas y movilizaciones sociales. Yo soy publicista y comunicador, nací para estar detrás de cámaras y entender la prolijidad con la que debe ser elegida cada palabra que se dice frente a ellas. Nuestro camino profesional se cruzó con la misión de llevar la estrategia y la comunicación para refundar un partido político en el Ecuador, objetivo que junto a Pablo cumplimos. Luego trabajamos en dos candidaturas presidenciales: la primera donde logramos un importante repunte gracias a la creatividad de nuestra campaña llegando al 9%; y la segunda donde alcanzamos un 15% y un amplio bloque de asambleístas.
Luego de más de 5 años en este proyecto, constantemente recibíamos solicitudes de apoyo y consejos de ministros, políticos y empresas para gestión de riesgo político, lo que nos llevó a crear una marca para que brinde formalmente los servicios que veníamos trabajando. Así nació
Péndulo hace poco más de un año.
Recibimos la confianza de algunas marcas para brindarles insumos e informes mensuales para ver oportunidades, analizar la coyuntura y prevenir riesgos políticos y comunicacionales, y así nació nuestro Boletín Mensual, que nos ha permitido llegar a nuevos públicos directivos y gerenciales que hoy lo usan como insumo de toma de decisiones en sus empresas. Cuando recibimos la invitación para participar en la COMPOL y contar nuestra experiencia, nos pidieron el nombre de la ponencia que íbamos a presentar y casi automáticamente, la respuesta fue: Llegar No es Ganar. Fue por una reflexión simple, algo que aprendimos durante estos años de trabajo en que vimos que, tanto en empresas privadas, como en lo personal dentro de los políticos, era una constante: confunden fácilmente el concepto de llegar al poder o a un cargo, con ganar, un concepto diametralmente distinto en términos de ejercicio de poder y trascendencia en el tiempo.
Sabemos de primera mano y conocemos de cerca al poder, para darnos cuenta cuando la vanidad, la revancha, la ignorancia, o los equipos sumisos, pueden confundirlos de que ganaron, cuando apenas están comenzando una batalla. Y entendemos los peligros que esto puede acarrear.
Así desarrollamos esta ponencia, que, con datos de interés y ejemplos reales, nos permite entender cómo prevenir que el paso por el poder no sea un estéril ejercicio de suerte, y les permita permanecer en él y dejar un legado para la posteridad. Para escuchar esta charla, puedes escanear el siguiente código QR o hacer click en el link:
A lo largo de la vida democrática del Ecuador han sido un clásico las convocatorias a consultas populares. Sus impulsores las han presentado como la panacea para la solución a los grandes problemas de la República. Pero, en el fondo, cada plebiscito se ha ajustado a los intereses del poder político de turno. Desde el retorno a la democracia van 12 consultas y contando.
Con base a un análisis de estas nos intentaremos responder si ¿Los resultados que se han obtenido en los plebiscitos permiten rastrear el comportamiento de los votantes para la siguiente consulta? La del 78 sirvió para que el país retorne a la democracia tras 6 años de dictadura militar.
En del 86, el presidente León Febres Cordero fracasó en su intención de que los independientes puedan optar por una candidatura sin necesidad de afiliación a un partido político. Durán – Ballén tuvo éxito en la consulta del 94, pero enfrentó un rotundo rechazo en la del 95, en la que la pregunta más controversial era aquella que apuntalaba la privatización de la seguridad social.
En la del 97, el mandatario interino Fabián Alarcón logró legitimar la destitución de Abdalá Bucaram en el Congreso y su designación mediante una figura inexistente en la Constitución de la época. La del 2006 sirvió para cumplir una oferta del presidente Alfredo Palacio, cuyo contenido nadie recuerda, porque no supuso ningún cambio de fondo.
En su década de gobierno, Rafael Correa convocó a 4 consultas: 2007, para la instalación de la Asamblea Constituyente; 2008, para ratificar la Constitución de Montecristi; 2011, la “metida de mano” en la justicia, como él mismo la definió; y 2017, sobre paraísos fiscales.Lenín Moreno, en 2018, echó abajo la posibilidad de postulación indefinida de autoridades de elección popular e impulsó la instalación de un Consejo de Participación Ciudadana y Control Social de Transición, liderado por Julio César Trujillo, para “descorreizar” el Estado. Y en 2023, Guillermo Lasso perdió las 8 preguntas de
su referéndum. Estos antecedentes pueden tener diversas interpretaciones de acuerdo con las conveniencias y afectos o desafectos. Lo cierto es que se ha tenido que recurrir a ellas debido a la falta de acuerdos nacionales, y respondiendo a la pregunta inicial los resultados según estos antecedentes no solo dependen de la simpatía de los votantes con el gobierno de turno sino también del tema que se propone y su afinidad con este. Actualmente, el presidente Daniel Noboa ha manifestado su intención de convocar una nueva consulta popular (sería 13) con más de 10 preguntas (conforme lo ha anunciado el gobierno) pero sin ahondar en su contenido por el momento.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha estimado que un proceso plebiscitario podría costar, al menos, 50 millones de dólares. Algunos apuntan a que, para ahorrar costos, la consulta debería ir de la mano con el posible referéndum ratificatorio (otra consulta) de la reforma constitucional aprobada hace pocos días por la Asamblea para posibilitar la participación complementaria de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad ciudadana en apoyo a la Policía Nacional y sin necesidad de estado de excepción, la cual deberá primero pasar por el filtro de la Corte Constitucional.
No obstante, el momento que vive el actual gobierno es el de haber alcanzado lo que Lasso no hizo: llegar a un acuerdo político en la Asamblea, junto al correísmo y los socialcristianos. Lo sensato sería que Noboa juegue también esa carta. ¿Por qué no aprovechar la coyuntura para, además, convocar a un amplio debate nacional sobre los cambios normativos que se requiere con urgencia? ¿Y si, además de consulta, inauguramos al fin un espacio de acuerdos nacionales?
El migrante no tiene tiempo de llorar, su necesidad básica es sobrevivir en tierra ajena y velar por quienes quedaron en Ecuador.
Vivimos una segunda estampida post C19 únicamente comparable con el post 1999. Entre 2021 y 2023 el saldo final de movimientos migratorios se ubicó en +310 mil ecuatorianos, similar a lo sucedido entre 2000-2003. El 2023 termina con un récord histórico de flujo de remesas que ingresa a Ecuador de ~ USD 5 millones de dólares americanos que equivalen al ~4,5% del PIB superando en un ~10% al 2022.
Se prevé que 2024 seguirá con estos precedentes históricos, puesto que la inseguridad sistémica que vive el Ecuador y la transición “cíclica” que vive el país gracias a fenómenos como la migración.Los destinos migratorios preferidos por los ecuatorianos son USA, España e Italia y sus remesas principalmente se receptan en Guayas, Azuay, Pichincha y Azogues. Estas usualmente tienen como destino el satisfacer los costos de consumo de los hogares y la vivienda de los familiares
residentes en Ecuador.
Estos antecedentes apuntan a que 2024 podría ser el reflejo de la necesidad imperiosa de migrar de muchos ecuatorianos que al momento se encuentran atravesando dificultades económicas y afectivas en el sentido que sus familiares ya han migrado y esto ha representado un quebrantamiento en el núcleo familiar que sin duda puede despertar el deseo de reencontrarse con sus seres queridos en los destinos migratorios.
A pesar de que Ecuador tiene una constitución garantista y varios mandatos de política migratoria prescritos en la ley, parece que existe una falta de materialización de estas o dificultad en aterrizarlas a la realidad. Pues donde existe falencia es en el apoyo a los migrantes ecuatorianos al inicio del proceso migratorio, así como en su llegada nuevamente al país. La política migratoria solo se ha centrado en los migrantes establecidos en Ecuador y en los flujos migratorios. Aquí hay camino que recorrer.
No obstante, es indicado mencionar que las remesas representan un ingreso importante para el Ecuador que en 2024 podría equiparar a los ingresos de recaudación del IVA. Aquí también existe una oportunidad y política pública que instaurar, puesto que ese dinero debería ser tratado con eficiencia y la importancia que se merece.
Una opción podría ser el establecer techos a los costos de transacción por concepto de giros / transferencias recibidas desde el exterior, y registrarlas como gastos deducibles de impuesto a la renta para los intermediarios.