Boletín Octubre 2024

En este mes, dos tendencias marcaron el entorno digital en Ecuador:

1) los apagones han generado un intenso debate en redes sociales con fuerte impacto en la opinión pública.
2) Los incendios, especialmente el de gran magnitud en el sector de Guápulo en Quito, provocaron reacciones
nacionales e internacional. PERÍODO DE MEDICIÓN 1-26 DE SEPTIEMBRE 
El análisis de las tendencias revela una marcada polarización entre correístas y anticorreístas en torno a dos temas clave: la crisis energética y los incendios en Quito. En el caso de la crisis energética, el correísmo critica duramente al gobierno por su inacción, mientras que sectores anticorreístas hacen lo propio contra el gobierno de Rafael Correa, alegando que las hidroeléctricas construidas durante su mandato fueron mal planificadas y están en mal estado. Las tendencias negativas que afectan al gobierno incluyen hashtags como #NoboaSoplaPitos y #NoboaYaPerdió, mientras el gobierno busca contrarrestarlas con #ElNuevoEcuadorResuelve y #UniendoEsfuerzos.
En relación con los incendios en Quito, ha surgido una tendencia crítica contra el alcalde Pabel Muñoz bajo el hashtag #QuitoSinAlcalde, que lo acusa de una mala gestión durante la emergencia. En respuesta, las bases
correístas han impulsado el hashtag #QuitoTieneAlcalde para defender a Muñoz, generando una intensa disputa en redes sociales entre detractores y seguidores del alcalde.
El 17 de septiembre registró la mayor audiencia (77,1 millones), impulsada por recomendaciones de las autoridades sobre el apagón nacional y el toque de queda por el mantenimiento de las líneas de transmisión. Lo que más llamó atención fue la circulación de memes, motivados por la medida de usar ‘pitos’ (silbatos) en caso de emergencia, lo que generó un amplio debate en redes sociales.
El 23 de septiembre hubo la mayor cantidad de publicaciones (9,1 mil) por al inicio de los apagones en Ecuador. Las autoridades anunciaron cortes de luz de entre 10 y 12 horas diarias, lo que provocó una notable reacción en redes sociales.
El 25 de septiembre se registró un pico máximo en audiencia (73,6 millones) y en publicaciones (10,6 mil). Este aumento se debió a los informes difundidos por medios de comunicación e instituciones municipales sobre el incendio en Guápulo.
El mismo día, en la tarde, el COE Nacional, presidido por Daniel Noboa y con la participación de varios ministros y del alcalde Pabel Muñoz, realizó una reunión clave para tomar decisiones frente a los incendios que afectaban la capital.
El rol de las redes sociales como catalizador de la polarización política
 
Este campo de batalla clave para las narrativas políticas, contiene hashtags que reflejan una intensa polarización entre correístas y anticorreístas. La viralización de memes y contenidos de crítica está moldeando la percepción pública de los presidenciales, muchas veces sin un contexto completo.
El control del discurso digital se vuelve para manejar la percepción pública. Esto requiere una estrategia digital sólida que se enfoque en la difusión de mensajes y en la gestión de crisis online anticipando ataques y respondiendo con agilidad a la viralización de temas que puedan deteriorar la imagen.
Históricamente, las campañas en nuestro país han sido espacios alejados totalmente de las propuestas y el debate de ideas sobre lo que plantean los candidatos en sus respectivos planes de Gobierno. Sí, por supuesto, cada presidenciable entrega al Consejo Nacional Electoral (CNE) un plan que recoge el conjunto de “buenas intenciones” que supuestamente aplicarán en caso de llegar al poder, algunas de las cuales resultan ser irrealizables en medio de las urgencias que tiene el país. Si nos remontamos solo a las últimas 5 campañas: 2009, 2013, 2017, 2021 y 2023, los discursos han tenido un denominador común:
• “Nos quieren convertir en Venezuela”
• “Pretenden desdolarizarnos”
• “Van a entregar el país a los gringos”
• “Quieren privatizar la salud y la educación”
• “Hay que vender el avión presidencial:”
• “Voy a respetar la independencia de funciones del Estado”
Por solo poner unos pocos ejemplos de los lugares comunes que nos repiten. En el fondo, cero o casi nulo condumio y sustento. El qué hacer, y, sobre todo, el cómo hacerlo. ¿Y si la cosa cambia hoy? Lo deseable (aunque como están las cosas, parece hasta utópico) es que los presidenciables y sus estrategas de campaña dejen de lado la cansona dicotomía del “correísmo vs anticorreísmo”, y que entiendan que detrás de los istas y los antis hay un país marcado por una de las peores crisis de los últimos tiempos. ¿Qué tal si nos hablan de lo realmente importante? Por ejemplo: la crisis de electricidad, que hoy en día parece haber superado a la inseguridad como la principal preocupación nacional. Claro, si no hay energía, no trabajas; si no trabajas, no produces; si no produces, no hay oferta; si no hay oferta, no hay ingresos; y sin ingresos, no hay pan en la mesa de los hogares. El Comité Empresarial Ecuatoriano calculó que 8 horas de apagones provocan pérdidas por USD 96 millones de dólares. El golpe, en consecuencia, es letal, y requiere debatir con seriedad ideas que saquen al país de este foso.
¿Y la inseguridad?
Deben decirnos si mantendrán el estatus de conflicto armado interno, el financiamiento para Policía y FFAA, las medidas de prevención, la presencia del Estado en lugares donde históricamente no ha estado, la cooperación internacional, la situación carcelaria.
¿Y la economía?
No hay empleo ni inversión extranjera. Que nos digan cómo piensan solucionar ambos problemas, qué van a hacer con la recaudación de impuestos, si dejarán el IVA en 15 %, si buscarán una nueva reforma fiscal o si tendrán relación con el FMI.
¿Y la salud?
¿Fortalecerán la salud pública? ¿Qué van a hacer con el IESS? ¿Y si aplican por una sola vez la sinceridad?
Que nos cuentan con qué comulgan ideológicamente, qué pensamiento político tienen, qué buscan del país. Soñemos, a ver si se nos hace el milagro y, por una vez, se ponen serios. 

Los resultados más relevantes del gobierno del Presidente Daniel Noboa en sus primeros nueve meses se centran en siete temas:

  1. Dolarización
  2. Inflación
  3. Exportaciones no petroleras
  4. Disciplina fiscal
  5. Subsidios
  6. Riesgo país
  7. Organismos Multilaterales

Ecuador refleja una inflación acumulada menor al 2%, lo cual evidencia un sinceramiento de la economía real, permitiendo que el consumo de los hogares sea de los principales potenciadores del PIB, que se ubicará en 1% para fines de 2024.

Las exportaciones no petroleras han reflejado un fortalecimiento de la diversificación de productos exportables, en el sector agroindustrial principalmente (cacao y banano como líderes) así como una participación del camarón e impulsando una balanza comercial minero digno de destacarse.

La apertura de nuevos mercados, como por ejemplo la firma del TLC con China y la apertura con Canadá, , fijan una clara postura del gobierno a nivel externo como fortaleza, debido entre otros a la atención a problemas de logística y transporte.

Se espera que las exportaciones a China crezcan un 32 % en los próximos cinco años y que el acuerdo genere alrededor de 50,000 empleos en el país, debiendo destacarse que el TLC incluye salvaguardas para proteger ciertos sectores productivos sensibles con plazos de desgravación de hasta 20 años.

Uno de los hitos más importantes ha sido la negociación de un acuerdo con el FMI, asegurando un programa de financiamiento de USD 4 000 millones hasta 2028, acompañado de un recetario que ha incluido el sinceramiento de los subsidios a los combustibles, invitando a la economía real verse sin distorsiones.

El acuerdo con el FMI -que ha permitido sincerar el riesgo país- es parte de un paquete mayor que permitirá a Ecuador acceder a un programa de financiamiento de USD 10 000 millones de otros organismos multilaterales, orientados a cubrir los déficits fiscales cada vez más controlados -como un resultado tangible del gobierno de Daniel Noboa- y estabilizar en el mediano plazo la economía del País, con un estado sin excesos.

Todos estos resultados no han hecho otra cosa que consolidar y fortalecer el sistema de dolarización que Ecuador mantiene, siendo un intangible digno de reconocer, por la estabilidad que refleja en un entorno y un contexto adversos y en muy corto plazo.

Mantener un enfoque a largo plazo, obsesionarse  por los clientes y sus necesidades, e innovar de  forma audaz para satisfacer sus necesidades son pilares planteados en Amazon por Jeff Bezos desde el concepto del Día 1 y dos décadas después, permanece como núcleo de la cultura corporativa y de su modelo de actuación.

Eso implica que la curiosidad, la agilidad y la apertura a la experimentación constante son los atributos de quienes conforman a este gigante en que el miedo al error no está en cuestión, sino más bien el resultado.

Las decisiones no pueden burocratizarse y la distancia con el cliente debe ser corta incluso cuando la empresa crezca. Es el gran reto del modelo y lo que Bezzos llama el Día 2 que describe como “parálisis, irrelevancia, declive doloroso e insoportable, y finalmente muerte.

Estar centrada en el cliente es lo que permite a la empresa mantenerse activamente en el Día 1, prácticamente como una obsesión y así, aproximadamente el 90 % de las características desarrolladas se derivan de escuchar lo que los clientes necesitan. El 10 % restante es el resultado de estar lo suficientemente cerca de ellos para inventar soluciones en su beneficio.

Durante los racionamientos eléctricos que iniciaron en septiembre de 2024 se prevé cada día un déficit energético de hasta los 27 GWh, es decir, un 30% de consumo diario de energía en todo el país, que significa la producción a plena capacidad de generación termoeléctrica de 1.125 MW a régimen constante. Debido al estiaje hidrológico 2024 las reservas hidroenergéticas de 410 millones de metros cúbicos del embalse Mazar fueron consumidas antes de la programación anual habitual, dejando con las cotas mínimas no operativas a las casas de máquinas Mazar (170 MW), Molino (1000 MW) y Sopladora (487 MW).
Proyecciones energéticas: El gráfico 1 muestra datos históricos y proyecciones (lineal y exponencial) de la demanda de energía eléctrica bruta a nivel de generación, por lo que es necesario considerar que en 10 años el Ecuador requerirá mínimamente 8.321 GWh adicionales de consumo anual (23% más de lo consumido en 2024). Sin embargo, si se ejecuta e incorpora proyectos de generación emergente y firme que garanticen la estabilidad del SIN (sin racionamientos), la demanda aumentará por el incremento natural de las actividades comerciales – industriales y el crecimiento demográfico siendo la curva exponencial que muestra un requerimiento adicional anual de 11.859 GWh para el año 2033.

Para cualquiera de las dos consideraciones (lineal o exponencial) se determina que la potencia de generación eléctrica continua anual (con un factor de planta del 70%) para cubrir un requerimiento mínimo asciende a 1.357 MW, pero en condiciones normales de crecimiento económico la potencia de servicio nueva sería de 1.934 MW.

Estos valores base, asumiendo que el actual déficit  (1.240 MW, según CENACE a agosto de 2024) será cubierto con generación emergente (motores a diésel y barcazas). Como comparación se puede estimar que solo para compensar el actual déficit se requiere otra central Molino y Sopladora y que adicionalmente para el crecimiento de la demanda en 10 años mínimamente se necesita otro Coca Codo Sinclair. 
Por lo tanto, se verifica que el Ecuador posee un enorme retraso en abastecimiento de energía  firme y que, a pesar de que se hubiese construido la  cuarta etapa del complejo Paute integral (Cardenillo  de 600 MW), esta central tampoco generaría energía  eléctrica en la época de estiaje hidrológico, por lo que  se retornaría al problema inicial.
Aquí se presenta la oportunidad para el proyecto  hidroeléctrico Santiago, con una primera etapa de potencia instalada de 2.400 MW y una segunda etapa de 800 MW, capaz de generar 14.716,8 GWh al año más otros 4.905,6 GWh al año de la segunda etapa, lo cual cubriría el actual déficit más el crecimiento proyectado. 
El colosal tamaño del proyecto Santiago es de similares características al de la central eléctrica Hidrotuango, en Colombia, que tardó 10 años en la construcción, mismo tiempo al que está proyectado el incremento de la demanda; es decir que, al momento que se concluya la obra, apenas habrá servido para cubrir la demanda proyectada. Caso parecido ocurrió con Coca Codo Sinclair, que al ingreso en operaciones 
comerciales en el año 2016 pudo brindar autonomía energética al Ecuador hasta el año 2021 en que comenzaron nuevamente las importaciones de energía de Colombia por un valor de 281 millones de dólares solo en el año 2023.
Entonces la solución permanente y definitiva a los racionamientos de energía de los próximos años es el  inicio paralelo de la construcción de nuevas centrales de generación de energía firme que no dependan de eventos meteorológicos y garanticen una permanencia de producción las 24 horas del día y los 365 días al año. Las dos fuentes de generación térmica permanente son la energía nuclear y las centrales térmicas de vapor con uso carbón. 
Estas fuentes son más económicas que el empleo de combustibles hidrocarburos que tiene que pasar por un proceso petroquímico de refinamiento lo que eleva el costo de producción energía eléctrica.
El Ecuador enfrenta un duro desafío al tener que cambiar la concepción de los componentes de la matriz energética, en el que tendrá que incorporar estos nuevos conceptos de fuentes energéticas que aseguren la estabilidad eléctrica del SNI y con el cumplimiento de esta condición, paralelamente se incorporen otro tipo de cargas eléctricas como son los vehículos eléctricos, cargas singulares de la nueva industria minera y nuevos campos de producción petrolera que deberá utilizar la energía eléctrica del SNI, en lugar del autoconsumo de petróleo para la generación de energía.
En 2022, Alemania endureció su legislación contra la difusión de noticias falsas, estableciendo penas de prisión para quienes propaguen información engañosa que ponga en peligro la seguridad pública. Y en 2024 ha aplicado la norma. 
Este enfoque ha generado controversias sobre los límites de la libertad de expresión. Mientras algunos lo ven como una forma de censura, otros lo justifican para preservar la cohesión social y evitar la polarización extrema. 
Casi en simultáneo, en Francia, cuna de los derechos, ha adoptado medidas como la detención del creador de Telegram, acusado de facilitar la distribución de contenido ilegal, incluido material pedófilo. Esta acción plantea un debate sobre la responsabilidad de las plataformas tecnológicas. Tradicionalmente, se las consideraba simples intermediarias, pero la proliferación de actividades ilícitas ha generado un cambio de perspectiva. Mientras los críticos temen que esto restrinja la libertad de expresión, los defensores subrayan la necesidad de proteger a los usuarios, especialmente a los más vulnerables.
Mientras, en En Estados Unidos, el debate sobre la regulación de redes sociales ha cobrado fuerza con
restricciones a aplicaciones como TikTok, especialmente en dispositivos oficiales. Estas medidas, motivadas por preocupaciones sobre la influencia extranjera en la opinión pública y la seguridad nacional, han suscitado críticas, pues, mientras Occidente condena restricciones de acceso en países como China y Rusia, ahora implementa medidas similares. Este doble estándar ha planteado dudas sobre el futuro de la libertad de expresión.
¿Un nuevo modelo en formación? La inteligencia artificial ha añadido una nueva capa de complejidad al debate, ya que puede generar contenido indistinguible de la realidad, lo que incrementa la dificultad de distinguir información verídica de la desinformación.
Varios gobiernos están evaluando cómo regular el uso de la IA en la producción de contenido, lo que inevitablemente afectará el derecho a la libertad de expresión.
Las democracias occidentales están adoptando medidas que hace poco tiempo habrían sido vistas como inaceptables. La seguridad digital, la desinformación y el contenido ilegal han llevado a la implementación de restricciones, que plantean si estamos asistiendo al fin del modelo tradicional de libertad de expresión.
Es posible que se esté gestando una nueva era en la que se reescriban las reglas de este derecho, buscando un equilibrio entre la protección de las libertades individuales y la seguridad colectiva. Las preguntas sobre los límites de la libertad de expresión y su regulación en el futuro siguen abiertas. Las reglas están cambiando y el tiempo dirá si Occidente se convertirá en un modelo más restrictivo o si veremos el nacimiento de una nueva forma de libertad adaptada a los desafíos de la era digital.
Un Ecuador más equitativo, humano e inclusivo fue el enfoque del encuentro de Innovación organizado por Seminarium y la Cámara de Innovación y Tecnología del Ecuador (CITEC) en septiembre. La concurrencia de alrededor de mil personas evidenció el interés por los desarrollos de la Inteligencia Artificial, la robótica, el Internet de las Cosas, el Bussiness Inteligence y el Blockchain.
Si bien por el momento, las TICs son el 2,1% del PIB del Ecuador, hay una proyección mayor para 2030 una vez que 70% de las empresas al momento han adoptado ya algún tipo de solución en la nube.
12,4% de las empresas han adoptado alguna medida de cibersguridad y de continuidad, mientras el comercio electrónico tiene una proyección a 2025 de 6.100 millones de dólares.
Las oportunidades, en este entorno de digitalización y transformación, ya no son locales y rompen la barrera de lo nacional para enfrentar desafíos globales. Es así como la evolución de la tecnología ha pasado del back al core del negocio, cuando 3 de cada 4 CEOS en el mundo se preocupan del tema.
Excelentes expositores nacionales e internacionales del encuentro coincidieron en la actitud de aprovechar el momento, la data y las herramientas y que, entre otros beneficios, por ejemplo, tienen la posibilidad de optimizar el tiempo de los empleados automatizando funciones con el uso de IA generativa. 
En cuanto a la seguridad, el principio no es que evitar el ataque, sino que, en la certeza de van a haber ciberataques, establece la defensa con que se cuenta y cómo mitigar el impacto. 
 
Hezbollah, un grupo militante con sede en el sur del Líbano, ha estado en conflicto con Israel por décadas. En medio de una escalada de tensiones, el grupo buscó mejorar la seguridad de sus comunicaciones abandonando el uso de teléfonos móviles, vulnerables a ser interceptados por parte de la inteligencia israelí y optó por los más discretos y «obsoletos» beepers.
 
Estos dispositivos de comunicación, a pesar de su tecnología simple, fueron considerados una forma más segura de transmitir mensajes cortos sin riesgo de seguimiento inmediato.
 
Los informes apuntan a que los beepers modelo Gold Apollo AR-924, fabricados en Taiwán y distribuidos a través de una compañía húngara, fueron interceptados antes de llegar a Hezbollah. Analistas de seguridad como Michael Horowitzy Jake Williams explicaron que, muy probablemente, los dispositivos fueron manipulados para incluir pequeñas cantidades de explosivos plásticos de grado militar, como PETN o RDX, que serían detonados remotamente.
 
Este tipo de ataque requeriría una planificación meticulosa, probablemente involucrando a varios actores en la cadena de suministro. Según expertos de ASIS International, el hecho de que miles de estos dispositivos pudieran ser alterados sin ser detectados revela un nivel de penetración y acceso extremadamente alto en las operaciones logísticas de Hezbollah(Articulo Explisiones). 
 
La inserción de explosivos en un dispositivo tan básico como un beeper muestra hasta qué punto la tecnología de la guerra moderna ha evolucionado, donde el sabotaje a través de canales aparentemente inofensivos se ha convertido en una táctica clave. 
 
Todo ocurrió así: El 17 de septiembre de 2024, poco después del mediodía, comenzaron las explosiones en distintas partes del sur del Líbano. Los beepers afectados fueron programados para recibir un mensaje que activó los explosivos internos. Esto provocó una ola de pánico, ya que los dispositivos, que habían sido considerados seguros, se convirtieron de repente en armas letales en manos de los propios usuarios de Hezbollah.
 
Expertos como Lukasz Olejnik, consultor de ciberseguridad, descartaron la posibilidad de que estas explosiones fueran el resultado de una simple falla técnica, como el sobrecalentamiento de baterías de litio. En cambio, afirmaron que fue necesario modificar los dispositivos físicamente, colocándoles explosivos en su interior. 
 
Este tipo de infiltración subraya la importancia de asegurar las cadenas de suministro, especialmente en zonas de conflicto, donde dispositivos comunes pueden ser convertidos en herramientas de sabotaje. Este incidente recuerda ataques como el famoso caso de Stuxnet, un virus utilizado para dañar centrifugadoras nucleares en Irán, o la colocación de explosivos en productos electrónicos utilizados en asesinatos selectivos de líderes militares. 
 
Estos ejemplos muestran cómo la tecnología se ha integrado profundamente en las tácticas de guerra modernas. Lo que hace único el ataque contra Hezbollah es la utilización de un dispositivo tan simple como un beeper, algo que pocos habrían considerado un objetivo probable para el sabotaje.
 
El ataque ha generado una gran preocupación dentro de Hezbollah, no solo por las pérdidas humanas, sino por el impacto psicológico en sus filas. La capacidad de Israel para infiltrar su red de suministros y manipular sus herramientas de comunicación fue un duro golpe para la moral del grupo. 
 
Según informes de medios como Reuters y Wired Middle East, Hezbollah ha iniciado una investigación interna para determinar cómo pudo ocurrir este ataque y ha jurado vengar las muertes de sus miembros.
 
Este evento ha sido señalado como un recordatorio de la creciente intersección entre la tecnología y los conflictos armados. Las vulnerabilidades en la cadena de suministro, combinadas con operaciones de inteligencia avanzadas, pueden convertir cualquier. 
Coca Codo Sinclair no es solo una obra de ingeniería monumental. Es, también, un proyecto marcado por sombras de controversia. Desde su concepción, la hidroeléctrica ha estado vinculada a disputas políticas y legales que aún la persiguen. 
Se construyó durante el régimen del expresidente Rafael Correa, un periodo caracterizado por un fuerte control político, lo que ha envuelto a la planta en una narrativa de suspicacia, con la etiqueta del tráfico de influencias
siempre al acecho.
Pero ¿qué pasa si dejamos de mirar a Coca Codo Sinclair a través de la lente de la política y comenzamos a verla como lo que es: una obra que funciona y, más importante aún, ¿una obra que Ecuador necesita, especialmente ahora?

La crisis de la energía
En las últimas semanas, Ecuador ha enfrentado cortes de luz significativos. La demanda ha crecido y la infraestructura ha comenzado a mostrar signos de fatiga. No obstante, en medio de este escenario, Coca Codo Sinclair se mantiene como un pilar indispensable, evitando lo que fácilmente podría ser un colapso energético mayor. 
Sin esta central, Ecuador se vería abocado a una crisis aún más severa. Pero la planta no ha sido recibida por el Estado. Durante años ya, el argumento de fisuras milimétricas ha puesto en pausa su recepción contractual y que, de hecho, han llevado a un arbitraje internacional contra la gigante estatal china que la construyó. Estas fisuras no son solo problemas técnicos, sino síntomas de una estructura de responsabilidad que no ha sido adecuadamente resuelta.
Lo que hace que el dilema de Coca Codo Sinclair sea particularmente difícil es que, a pesar de su tamaño, a pesar de su necesidad, está atrapada en una red de incertidumbre. Las fisuras, aunque no amenazan inmediatamente su operación, han socavado la confianza en su durabilidad a largo plazo. Y, mientras tanto, el Estado ecuatoriano sigue siendo el responsable último de un proyecto que, técnicamente, aún no es suyo.
Pensar fuera de la caja: La desinversión como opción Aquí es donde surge una idea que, si bien puede parecer radical, merece ser considerada: ¿y si el Estado optara por desinvertir en Coca Codo Sinclair?
La propuesta es simple en su premisa, pero profunda en su implicación. La desinversión sería una transferencia del riesgo, una oportunidad para que el Ecuador reciba ingresos inmediatos y, a la vez, descargue la responsabilidad técnica y financiera de mantener la planta en funcionamiento. La idea es que Sinohydro, la misma empresa que la construyó, podría asumir la propiedad y la gestión de la planta. Después de todo, ¿quién mejor para operar y mantener una obra de esta magnitud que quienes la erigieron? Los escépticos pueden argumentar que confiar en la misma empresa que enfrenta arbitrajes por problemas de construcción es, en el mejor de los casos, ingenuo.
Pero aquí es donde entra el verdadero potencial de la desinversión. Sinohydro, si asumiera el control, tendría el incentivo perfecto para asegurar que las fisuras se reparen adecuadamente y que la planta funcione con la máxima eficiencia. Al fin y al cabo, sería su propio activo en juego.
A cambio, la empresa podría garantizar al Estado ecuatoriano condiciones favorables en cuanto al despacho de electricidad y precios preferenciales, permitiendo que el país siga disfrutando de los beneficios de Coca Codo Sinclair sin riesgos asociados a su operación. Sería, en esencia, una solución “fuera de la caja” a un problema enredado en política, legalidad y técnica.
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Boletín Septiembre 2023

Las segundas vueltas no son continuación. Todo está por verse, empieza desde cero y la elección no está ganada ni perdida. Si solo fuera sumar,

Licencia ¿si o no?

Contestar si Noboa debe o no pedir licencia para la campaña no es una cuestión sencilla. Hay dos motivos que complejizan la respuesta: primero, no

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