- La edad del líder y sus militantes. Un atleta en sus 30s, enérgico, educado y con una familia tradicional. Por otro lado, este mismo perfil lo tenía el ex presidente Correa hace ya casi 20 años cuando comenzó su carrera política. Los tiempos han cambiado y las formas de comunicar también. Esto se ve reflejado en los resultados.
El perfil del votante migrante. Si bien la migración en el año 2000 tuvo un componente directamente relacionado a la crisis bancaria, en la actualidad la realidad es otra, solamente en España existen más de 17 mil estudiantes universitarios ecuatorianos, eso quiere decir que son: jóvenes con formación bachiller y con altas posibilidades de regresar al país, por lo que hay mayor posibilidad de que necesiten votar.
La capacidad de maniobra al estar en Carondelet es, sin duda, muy favorable pese a tener un país con tantos problemas, mejores momentos para captar y comunicar felicidad, esperanza, alegría, y más posibilidades de equivocarse en lo que se dice y rectificar en las próximas oportunidades.
El correísmo, en cambio, enfrenta un momento difícil, indudablemente. Fuera del pasado tiene poco para contar. Al sentirse acorralado (justa o injustamente, no es un tema que compete a este análisis), actúa lleno de odio y con pocas capacidades de invitarnos a soñar, y al no encontrar nuevos líderes o lideresas propios que conecten con fuerza con la juventud y los medios que consumen. Si su única herramienta es el miedo y una invitación al pasado, corren el grave riesgo de ser una nueva versión del bucaramismo, un movimiento vivo, pero agónico por mucho tiempo, y con pocas capacidades de ejercer el poder.