La crisis energética y la minería responsable

Podemos graficar este tipo de desafíos con lo que sucede con la actual crisis energética, ya que en medio de la más grande crisis que haya memoria contemporánea no hay nadie a quien esta situación no le merme oportunidades de progreso económico y social. Y es que la historia siempre pasa la factura por lo que no se hizo a tiempo.

Mientras todos estos impactos económicos y sociales tienen a varios sectores en una suerte de estado catatónico procesando el cómo se llegó acá, resulta inútil escarbar en el baúl de las recriminaciones pues nunca llevan a una solución en el aquí y en el ahora. Ya habrá tiempo para aprendizajes y responsabilidades. Hoy, el tema energético está sobre la mesa y el país está obligado a comprender todas sus aristas y pensar en soluciones a largo plazo para evitar que se repita.

Esas soluciones pasan por al menos dos factores, el primero, lograr enfocarse en la búsqueda de los recursos financieros que requiere el país aprovechando las capacidades de generación energética del sector privado. Esto con el fin de lograr descargar el grueso del peso de las inversiones, a un estado que hoy pasa por una crisis fiscal de gran magnitud. Y el segundo, entender el rol de Ecuador en este desafío global de transición energética al que nos vemos avocados por la actual crisis climática global.

Son esos dos factores los que precisamente son atendidos con el desarrollo de la minería industrial responsable. Los proyectos mineros a gran escala contribuirán con sus propios sistemas de autogeneración y proveerán de los recursos al Estado para la inversión pública que se encuentra paralizada. Sobre porqué Ecuador debe priorizar la minería responsable, hay ya un consenso multilateral.

De la relevancia que tiene para Ecuador el desarrollo de la industria minera da cuenta un reciente estudio del Banco Mundial que establece que la agricultura, la minería y el turismo son los impulsores del crecimiento sostenible de Ecuador. Este estudio pone a disposición de Ecuador una visión económica y política adecuada para que Ecuador se inserte en un ciclo productivo y de crecimiento sostenible. Y, en relación con la transición energética, le adjudica un rol de relevancia: ser uno de los mayores proveedores de minerales críticos para la transición, responsabilidad a la que la geopolítica le atribuye hoy alta importancia.

Además, hace unos meses Naciones Unidas a través de su Programa Ambiental PNUMA publicó un documento denominado: “Recursos para la transición energética: Principios para orientar los minerales críticos para la transición energética hacia la equidad y la justicia”, que deja clara la relevancia del sector minero en la transición energética y la necesidad de que esta transición a energía renovables altamente intensivas en minerales, sea justa.

Pero para lograrlo hay que superar varios desafíos en el camino. Uno de los mas importantes pasa por explicar adecuadamente la escala de dichas inversiones y los impactos ambientales que conllevan. Sin bien se sabe que no existe ningún proyecto productivo que no genere impactos ambientales, la minería tiene impactos en escala mayores y más visuales que otras industrias.

¿Pero, es esta razón suficiente para intentar detener esta industria? ¿Se debe por esto tratar de parar proyectos y cerrar al Ecuador a la inversión minera que tanto se requiere como predica el ecologismo radical? Pues no. Pero eso sí implica esfuerzos mayores en explicar apropiadamente que la minería responsable, la minería a escala industrial, bien hecha y regulada con estándares internacionales no causa impactos ambientales.

Maneja impactos y mitiga huellas. Y que además puede generar estándares ambientales más altos que los que existen en el resto de las industrias, como crear áreas de conservación en compensación de biodiversidad o diseñar áreas de conectividad ecosistémica en concesiones mineras. Algo que ningún otro sector productivo ha hecho. Eso ya se planifica para varios proyectos mineros.

La industria minera ofrece ser la de mayor impacto a nivel rural en los próximos años, y hoy, además es la alternativa natural para evitar que el país sea tomado por las mafias de la minería ilegal. La minería industrial responsable ofrece alternativas hacia la conservación de biodiversidad en territorio y la distribución de regalías mineras para lograr crecimiento sostenible en las poblaciones aledañas a proyectos. Ofrece alternativas de ingreso económico sostenidas al estado ecuatoriano por décadas. Y promete a Ecuador un rol de provisión de minerales críticos al mercado internacional en plena alza.

Pero esto solo es posible llevarla a cabo con alta inversión internacional, ya que no es posible encontrar el volumen de capitales requerido en nuestra economía doméstica. Esa oportunidad se encuentra aquí y ahora, y esta es una nueva ventana de oportunidad.

Todo esto ocurre hoy a oscuras mientras tratamos de procesar cómo llegamos a este momento crítico y cómo explicar al Gobierno, a la Asamblea Legislativa y a la sociedad civil las oportunidades que se presentan hoy, para evitar volver al pasado, cuando tenemos tanto que ofrecer hacia el futuro.

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